viernes, 14 de marzo de 2008

Un español presidirá el consejo de la ESA

El español Maurici Lucena Betriu ha sido designado, por unanimidad, presidente del consejo de la ESA (Agencia Espacial Europea) en una reunión celebrada en la ciudad italiana de Frascati.

Lucena, economista barcelonés de 32 años, asumirá la presidencia del consejo de la ESA el próximo 1 de julio, con lo que se convertirá en el primer español que ocupa un cargo de esta naturaleza en dicha organización intergubernamental.

Desde 2004, Lucena es Director General del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, informó un comunicado de este organismo. La duración del mandato es de dos años, renovable a un tercero, y sus funciones son similares a la del presidente del consejo de administración de una gran empresa.

Entre ellas controlar la actividad del director general de la ESA y su equipo para que las propuestas que se presentan al consejo respeten la Convención fundacional de la organización y reflejen los intereses de los países miembros.

Además, preside la reuniones del consejo de la ESA, facilitando la consecución de acuerdos en todos los ámbitos de su actividad, dirige los procesos de renovación de los órganos directivos de la ESA y de los comités subordinados.

España, que es país miembro fundador de la ESA y quinto contribuyente, aportará este año a su presupuesto 206 millones de euros, un 8% del total, lo que representa un 57% de incremento en la última legislatura.

El CDTI señaló, en el comunicado, que si bien el nombramiento de Lucena es a título personal, supone "un reconocimiento inequívoco al incremento del esfuerzo y las contribuciones económicas de España a la ESA" y a su "compromiso histórico" con la misma.

jueves, 13 de marzo de 2008

La sonda Cassini en Enceladus

La sonda Cassini, un proyecto conjunto de la Agencia Espacial Europea y de la NASA, inició este miércoles la recogida de datos de la luna Enceladus de Saturno en una maniobra que la ha llevado hasta sólo 50 kilómetros de su superficie.

"Ya se ha iniciado la recepción de esos datos y tendremos una información completa dentro de unas horas", informó una portavoz del JPL de la NASA. En su maniobra de aproximación, la sonda está pasando sobre una zona de géiseres en el polo sur de Enceladus y durante ese vuelo podrá recoger muestras de hielo, gas y polvo, señaló JPL, un organismo científico de la NASA.

Las partículas no representan un peligro para la nave porque son demasiado pequeñas, señaló un portavoz de JPL. La fuente de los géiseres tiene gran importancia científica porque puede ser un indicio de que existe agua en forma líquida y hasta un océano en la zona.

Los instrumentos de análisis de la sonda determinarán las características químicas de las partículas para establecer su tamaño, densidad y componsición. Por otra parte, sus cámaras transmitirán imágenes hasta ahora no reveladas en otras maniobras de Cassini en las cercanías de la luna.

"Esta osada aproximación requiere una pericia técnica extrema. Podría revolucionar nuestro conocimiento sobre los géiseres de Enceladus. Estamos ansiosos por ver los resultados de esa operación", manifestó Alan Stern, miembro del directorio de la misión en la NASA.

En 2005 los instrumentos de Cassini descubrieron que los géiseres del polo sur de Enceladus llegan a una distancia que es tres veces el radio de la luna. El diámetro de Enceladus es de sólo 500 kilómetros, pero a pesar de su pequeño tamaño es uno de los cuerpos más misteriosos del sistema solar, según los científicos.

El Endavour acoplado a la ISS

El transbordador espacial estadounidense "Endeavour" ya se ha acoplado a la ISS (Estación Espacial Internacional (ISS) a más de 320 kilómetros sobre la superficie de la Tierra.

El "Endeavour" fue lanzado al as 3:25 GMT de esta madrugada desde el Centro Espacial Kennedy en Florida después de que los siete astronautas que han viajado a bordo de la nave realizasen, a última hora de este miércoles, los últimos preparativos de la misión.

La agencia espacial estadounidense NASA indicó que los astronautas usaron el brazo robótico para una inspección de la cubierta térmica en la parte inferior y los bordes de las alas de la nave, que ya ha completado el primer día en órbita de los 16 de esta misión.

El propósito de esa tarea fue verificar que durante el ascenso de la nave hasta la órbita a unos 350 kilómetros de la Tierra no ocurrieron daños en los paneles térmicos que protegerán al "Endeavour" de las altas temperaturas causadas por la fricción con la atmósfera en su retorno.

Los tripulantes, asimismo, extendieron el anillo de acoplamiento del transbordador y verificaron el funcionamiento de las herramientas de atraque en la EEI. Los astronautas inspeccionaron los trajes espaciales que usarán durante las cinco jornadas de paseos espaciales programadas para esta misión, mientras el "Endeavour" y la ISS orbiten el planeta a unos 27.000 kilómetros por hora.

Tres de esos paseos espaciales se dedicarán al ensamblaje de "Dextre", la contribución más novedosa de la Agencia Espacial de Canadá para la ISS y el primer elemento final de su sistema móvil de reparaciones y mantenimiento.

Durante esas operaciones fuera de la nave, los astronautas sacarán de la bodega del "Endeavour" el módulo logístico japonés, el primer elemento del laboratorio "Kibo" de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón.

viernes, 7 de marzo de 2008

Una nube de gas colisionará con la Vía Láctea

Una gigantesca nube de gas hidrógeno se dirige velozmente hacia una colisión con nuestra galaxia y cuando impacte, dentro de unos 40 millones de años, puede desatar un espectacular estallido de pirotecnia estelar. El borde delantero de esta nube ya está interactuando con masas de gas de nuestra galaxia.

La nube, denominada Nube de Smith, en honor al astrónomo que la descubrió en 1963, contiene suficiente hidrógeno para formar un millón de estrellas como el Sol. Con 11.000 años-luz de largo y 2.500 años-luz de ancho, se encuentra a sólo 8.000 años-luz del disco de nuestra Galaxia. Viaja hacia su interior, a una velocidad por encima de 240 kilómetros por segundo, en una dirección que la llevará a golpear el disco de la Vía Láctea con un ángulo de aproximadamente 45 grados.

Probablemente es una nube de gas sobrante de la formación de la propia Vía Láctea, o arrancada de una galaxia vecina. Cuando se produzca su impacto, podría desatar un tremendo estallido de formación de estrellas. Muchas de ellas serán muy masivas, terminando sus vidas rápidamente y explotando como supernovas.

Cuando se descubrió la Nube de Smith, y durante las décadas posteriores, las imágenes disponibles no tenían suficientes detalles para mostrar si la nube era parte de la Vía Láctea, algo arrancado de nuestra galaxia, o algo que se estaba desplomando sobre ella.

Felix J. Lockman, del Observatorio Nacional de Radioastronomía, y sus colegas, emplearon el radiotelescopio GBT para hacer un estudio sumamente detallado del hidrógeno en la Nube de Smith. Sus observaciones incluyeron casi 40.000 puntos individuales del telescopio gigante para cubrir la nube con sensibilidad y resolución inauditas. La Nube de Smith tiene casi 15 grados de longitud en el cielo, 30 veces el diámetro de la Luna llena. Pero, hasta donde se sabe, está formada completamente por gas, nadie ha encontrado una sola estrella en ella.

El detallado estudio con el GBT ha cambiado drásticamente el nivel de conocimientos de los astrónomos sobre esta nube. Su velocidad muestra que está entrando en la Vía Láctea, no alejándose de ella, y los nuevos datos indican que su frente delantero ya está surcando masas de gas periféricas de la Vía Láctea, antes de consumar su colisión con zonas de mucha mayor densidad. La forma de la nube, un tanto similar a la de un cometa, es un indicativo de esta fricción con el gas de nuestra galaxia.

La nube también está experimentando la fuerza de marea de la gravedad de la Vía Láctea, y puede estar en un proceso de fragmentación. Nuestra galaxia recibirá de esta nube una lluvia de gas, y luego, en un periodo de aproximadamente entre 20 y 40 millones de años, el núcleo de la nube impactará contra el plano de la Vía Láctea.

Probablemente golpeará una región a unos 90 grados por delante de nuestro sistema solar en el disco de la Vía Láctea. El impacto puede activar un periodo de formación rápida de muchas estrellas, alimentado por el nuevo gas y por otros efectos de la colisión. Algunas teorías sostienen que el anillo de estrellas brillantes cerca del Sol, denominado el Cinturón de Gould, se creó por un evento de colisión semejante.

Detectado el eco lunar de menor frecuencia hasta ahora

Un equipo de científicos de la Universidad de Nuevo México y de otras instituciones han detectado el eco lunar de señal de radar con menor frecuencia captada por receptores situados en la Tierra.

En este experimento sobre el eco lunar, un transmisor de alta potencia ubicado cerca de Gakona, Alaska, lanzó ondas de radio de alta energía hacia la Luna. La señal reflejada, debilitada por el largo recorrido de ida y vuelta a la Luna, fue detectada por antenas receptoras emplazadas en Nuevo México.

El análisis de este eco brinda información sobre las propiedades de la topografía de la superficie lunar y hasta de parte del subsuelo, ya que las ondas de baja frecuencia del radar se propagan hasta profundidades variables bajo la superficie visible de la Luna. Se trata de algo parecido a los sonares, con la diferencia de que los investigadores han empleado ondas electromagnéticas en lugar de ondas sonoras. Este experimento también permite a los científicos estudiar la interacción de la señal de eco con la ionosfera de la Tierra en su camino de vuelta, pues la ionosfera es sólo parcialmente transparente a las bajas frecuencias.

La detección de señales de radio tan débiles después de su viaje de ida y vuelta a la Luna, fue un desafío y requirió la modificación cuidadosa de las antenas para mejorar su rendimiento a dichas frecuencias.

Uno de los éxitos de este experimento ha sido demostrar que esas antenas pueden operar a frecuencias más bajas que las establecidas en su diseño nominal.

El sistema emisor fue preparado para apuntar a unos 45 grados del cenit. Toda su capacidad energética, unos 3,6 megavatios, se utilizó para transmitir pulsos de dos segundos de duración, cada cinco segundos, durante un periodo de dos horas cada día. El uso de tal patrón de pulsos es lo que produce el eco, que retorna de la Luna 2,4 segundos después, siendo reconocido inmediatamente, y permitiendo a los científicos distinguir entre el eco lunar y la señal original enviada. Esta señal original llegó a las antenas receptoras de Nuevo México por su parcial reflexión en la parte inferior de la ionosfera, la región de la atmósfera terrestre que se encuentra entre los 50 y los 400 kilómetros de altitud y que está parcialmente ionizada por las radiaciones solares.

Se cree que estas mediciones del eco lunar a 7,4075 megahercios ostentan la frecuencia más baja (con la mayor longitud de onda) a la cual se han llevado a cabo las mediciones con este tipo de radar.

jueves, 6 de marzo de 2008

Marte y Venus: más parecidos de lo que se pensaba

Amor y guerra, frío y calor, ellos y ellas. Venus y Marte, tanto en la mitología como en las ciencias planetarias han parecido siempre mundos opuestos, pero ambos planetas presentan asombrosas similitudes en las zonas más externas de sus respectivas atmósferas, bombardeadas constantemente por corrientes de partículas provenientes del Sol.

En Venus, la atmósfera es tan densa que apenas veríamos más allá de nuestras narices si viviésemos en este planeta, y las temperaturas superan los 400º C. En Marte, por el contrario, las temperaturas rondan los 60º bajo cero, y su atmósfera es sólo una fina capa de gases, principalmente dióxido de carbono.

Pero estas diferencias acaban cuando nos fijamos en las capas más altas de sendas atmósferas, como han hecho dos naves espaciales casi idénticas de la ESA (Agencia Espacial Europea): "Mars Express" y "Venus Express".

Tanto Marte como Venus, al igual que la propia Tierra, están inmersos en un continuo flujo de viento solar. La diferencia es que sólo nuestro planeta está provisto de una intensa magnetosfera propia que nos protege de este flujo de plasma (el plasma es el cuarto estado de la materia, en el que las partículas se encuentran aún más dispersas que en un gas).

Por todo ello, mientras que en la Tierra el viento solar es repelido al espacio, en Marte y Venus tiene ocasión de interactuar con los gases que flotan en el exterior de las atmósferas. En ambos casos, el efecto es similar: el leve campo magnético generado por la interacción con el plasma se pliega hacia el lado nocturno y deja una cola de partículas cargadas que se escapan hacia el espacio desde la cara donde no está dando el Sol.

"Esto sucede porque la densidad de la ionosfera (es decir, la capa externa de partículas cargadas creada por la interacción con el Sol) a 250 kilómetros de altura es sorprendente similar en los dos planetas más cercanos a la Tierra", según explica Tielong Zang, principal investigador del magnetómetro de la "Venus Express", que en realidad es igual al que lleva su sonda hermana, la algo más veterana "Mars Express".

Una difencia entre ambas atmósferas se debe a que Venus está mucho más cerca de nuestra estrella. Allí el viento solar es más intenso y provoca que las partículas que flotan sobre el planeta se muevan de forma conjunta, como un fluido.

En Marte, sin embargo, la acción del plasma es más débil y las partículas que escapan de su atmósfera actúan de forma individual.

En todo caso, ambas investigaciones podrían servir para determinar el ritmo al que las dos atmósferas se disipan en el cosmos y extrapolar estos datos para dar marcha atrás en la historia y determinar cómo fueron en el pasado.

"Estos resultados nos ofrecen el potencial de medir la evolución de los climas planetarios", indica David Brain, investigador de la "Venus Express" desde la Universidad de California en Berkeley.

Los resultados que muestran las similitudes, y también importantes diferencias, entre ambos mundos se han publicado en 19 artículos distintos en la revista "Planetary and Space Science".

martes, 4 de marzo de 2008

Avalanchas de polvo en Marte

La sonda "Mars Reconnaissance Orbiter" ha captado imágenes de avalanchas de polvo y hielo en el polo norte de Marte, según informó el JPL (Jet Propulsion Laboratory) de la NASA.

Un boletín del JPL indicó que esta es la primera vez que el HiRiSE (Experimento de Imágenes de Alta Resolución) en la sonda capta este tipo de actividad en el planeta.

"Es fabuloso ver algo tan dinámico en Marte. Mucho de lo que hay allí no ha cambiado en millones de años", señaló Ingrid Dauber, científico de la Universidad de Arizona, encargada de dirigir las cámaras del orbitador.

Dauber agregó que el descubrimiento de esas avalanchas fue una sorpresa y sólo advirtió que se estaban produciendo el 19 de febrero cuando dirigía el enfoque de las cámaras de la sonda sobre posibles cambios estacionales en Marte. "Estábamos buscando cambios en la escarcha de dióxido de carbono sobre una duna y el hallazgo de las avalanchas fue totalmente fortuito", dijo Candice Hansen, investigadora de JPL en Pasadena (California).

La imagen muestra detalles del tamaño de poco más de un metro sobre una faja de terreno de seis kilómetros de ancho y unos 40 kilómetros de largo.

Según Patrick Russell, científico de la Universidad de Berna (Suiza) de momento se desconoce el origen de las avalanchas marcianas: "Proyectamos recibir más imágenes del sitio durante el cambio de estaciones en Marte para ver si estas avalanchas ocurren todo el tiempo o sólo durante las primeras etapas de la primavera" marciana, añadió.

Otra de las imágenes transmitidas por el "Mars Reconnaissance Orbiter" muestra a la Tierra y a la Luna vistas desde la sonda.